El Gobierno ha abierto la puerta a revalorizar
las pensiones con referencia a un IPC inferior al índice general, que en
septiembre escaló siete décimas, hasta el 3,4%, como consecuencia de la subida
del IVA que entró en vigor ese mes, lo que, con los datos actuales, le
ahorraría a las arcas 4.000 millones de euros en la revalorización de
prestaciones en 2012 y 2013.
El Instituto Nacional de Estadística ha comenzado
a elaborar en septiembre un índice de precios de consumo a impuestos
constantes, el IPC-IC, que deja fijos el IVA, algunos gravámenes especiales y
otros tributos, de modo que el alza de precios de septiembre se quedaría en el
1,4% interanual, revelando, a la sazón, que las empresas están asumiendo, en
mayor o menor medida, la carga del alza fiscal en sus márgenes.
Así pues, la publicación, ayer, por parte del
INE, del dato de inflación de septiembre ha dado al fin una media respuesta a
la pregunta que sistemáticamente se viene formulando al equipo económico del
Gobierno en los últimos tiempos: si actualizará las pensiones con la inflación
de noviembre, como es habitual. La elusión de la respuesta siempre ha ido por
la vía de aferrarse a la ley en vigor.
En tal
sentido, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal
Montoro, explicó el pasado 29 de septiembre, durante la presentación de los
Presupuestos Generales del Estado para 2013 en el Congreso de los Diputados,
que las pensiones se revalorizarían según la normativa vigente. En
consecuencia, el interrogante es cuál será esa normativa en el momento de tener
que actualizar las prestaciones. Y todo apunta a que la ley puede modificarse.
Ayer, el secretario de Estado de Economía,
Fernando Jiménez Latorre, no descartó que el Gobierno pueda cambiar el
indicador de referencia para el cálculo de las pensiones, y usar el IPC-IC, más
bajo, en vez del IPC habitual.
Cada décima de inflación supone para las arcas
100 millones de gasto adicional en pensiones. Pero como se consolida al año
siguiente la subida, realmente cada décima atañe en 200 millones a la caja de la Seguridad Social.
Con la diferencia entre el IPC habitual y el
nuevo IPC maquillado de impuestos -una diferencia de dos puntos (3,4 frente a
1,4 por ciento)- el ahorro que a día de hoy podría suponerle al Gobierno
actualizar las pensiones con el nuevo índice del INE asciende a 4.000 millones
este año y el próximo.
Según el proyecto de Presupuestos, el gasto en
pensiones aumentará un 5 por ciento en 2013, hasta alcanzar los 121.557
millones. El Ejecutivo subirá las prestaciones un 1 por ciento, pero ha de
dilucidar si, además, las revaloriza en función de la inflación y de cuál para
evitar que pierdan poder adquisitivo.
La clave
es noviembre
No obstante, esto es un cálculo aproximado,
porque el referente para la revalorización de prestaciones es el mes de
noviembre y de la magnitud del encarecimiento interanual de los precios ese mes
y de la urgencia por cumplir con el objetivo de déficit dependerá que finalmente
el Ejecutivo adopte la decisión.
El secretario de Estado de Economía indicó ayer
que hay cobertura legal para efectuar ese cambio, y añadió que para optar por
el nuevo IPC a impuestos constantes, el Gobierno ha de tener primero toda la
información relevante. A saber: el
nivel de precios y la marcha de la ejecución presupuestaria.
De este modo, Jiménez Latorre sirvió en bandeja
la respuesta implícita. Si la inflación complica mucho el panorama y se
desdibuja la meta de déficit del -6,3 por ciento que España debe rendir ante
Bruselas, el Gobierno actuaría.
El nuevo índice ofrece un dato mucho más bajo que
el IPC habitual. El 1,4 por ciento frente al 3,4 por ciento en el primer mes de
aplicación del nuevo IVA. Y no es sólo esa la diferencia. Es que en términos
mensuales el índice a impuestos constantes registra una bajada de nueve
décimas, mientras que el IPC habitual anota un avance de siete décimas. Algo que demuestra claramente cómo las
empresas están asumiendo en sus carnes el alza del IVA recortando el precio
antes de impuestos y mermando sus ingresos. Ambos índices ofrecen
registros distintos en el desglose de sus conceptos y detalles.
Indicador
tradicional
El IPC tradicional, el indicador general, subió
en septiembre en relación al mes anterior, impulsado por el alza del IVA, y
situó su tasa interanual en el 3,4 por ciento, siete décimas por encima del
dato de agosto y una décima menos de lo esperado en el dato adelantado.
Es la tasa de inflación más alta en el año y la
más elevada desde mayo de 2011. Acusa la subida del IVA que entró en vigor a
principios de septiembre, y que ha implica un incremento del tipo general desde
el 18 al 21 por ciento, y del 8 al 10 por ciento en el caso del tipo reducido.
Con el dato de septiembre, el IPC interanual encadena
tres meses de ascensos tras repuntar en julio y agosto por el encarecimiento de
las medicinas y de los carburantes.
La inflación subyacente, que no incluye los
precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, elevó
siete décimas su tasa anual en septiembre, hasta el 2,1 por ciento. Mientras
que el Indicador de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó en septiembre su
tasa anual en el 3,5 por ciento, con lo que aumenta ocho décimas respecto a
agosto.
Estadística
indica que los grupos que más han influido en el repunte interanual de los
precios han sido el transporte (7,2 por ciento), la vivienda (7,2), la medicina
(10,5) -por la subida de precios de los medicamentos tras la exclusión de
algunos de ellos del Sistema Nacional de Salud-, el ocio y la cultura (1,4) y
las comunicaciones (-2,3).
En cómputo mensual el IPC subió un 1 por ciento,
impulsado por el grupo de vestido y calzado, que registró un aumento de sus
precios del 4,1 por ciento tras finalizar el periodo de rebajas.
Por comunidades autónomas, todas ellas aumentaron
sus precios en septiembre respecto a agosto, sobre todo Andalucía, Castilla-La
Mancha y País Vasco, con un alza del 1,1 por ciento.
Indicador
libre de impuestos
El IPC-IC marca unas cotas más bajas. Este índice
tiene como objetivo descontar de la variación de los precios la parte que se
pueda deber a las modificaciones en los impuestos que gravan el consumo. Para
ello, se mide la evolución del IPC bajo el supuesto de que estos impuestos no
han variado desde el momento de referencia, según explica el INE.
El nuevo medidor arroja un alza interanual del
1,4 por ciento que implica un recorte mensual de 9 décimas frente a agosto en
la serie reconstruida. El Comité del
Sistema Estadístico Europeo (CSEE) aprobó el 26 de septiembre el reglamento
para la elaboración de este indicador en toda la Unión Europea.
Fuente: http://www.eleconomista.es
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