Yo ya estaba de luto antes de que los funcionarios eligieran el negro para
escenificar su malestar ante los recortes de sus sueldos, más que nada porque
me olía que cualquier día algún ilustre miembro de nuestro Gobierno diría la
verdad, aunque sin querer: “no hay dinero en las arcas públicas para pagar los
servicios públicos”... Para eso no, pero sí lo hay para asumir el coste que
tendrán para las arcas públicas -presentes y futuras- los 100.000 millones de
euros -que se dice pronto, pero ¡anda que no pagaba yo maestros y médicos con
ese dinero!- para rescatar a la banca española.
Ahí está la gran verdad, señores, no le den más vueltas, el Gobierno actual
no quiere salvar al Estado, ni mucho menos a las autonomías y a los
ayuntamientos que son los que prestan la mayoría de los servicios públicos.
Simple y llanamente no le interesa el debate en el que se mueve la mayoría de
la gente que se está echando a la calle, entre los que están muchos de sus
votantes, pero su mayoría absoluta -pertrechada tras los muros del Congreso y
de las vallas policiales que diariamente protegen su integridad (la física,
porque la moral ya sabemos, vía Fabra, dónde la tienen)- se ha convertido en un
arrolla-todo que, bajo la excusa de que hay que salvar a España -¿salvar? ¿qué
entenderán ellos por salvar?-, les está permitiendo en apenas cuatro meses
-curiosamente, desde que se celebraron las elecciones andaluzas- desmantelar
todo por lo que han y hemos estado trabajando durante los últimos cuarenta
años.
A mi ya no me convencen, no he visto,
ni he leído, ni he escuchado ni una sola propuesta dirigida a mantener el
Estado de Bienestar, ése que permite a un país como Bélgica o como Holanda
sobrevivir sin un gobierno varios meses sin que se vayan a pique porque quien
mantiene de verdad al Estado son... los funcionarios. Sigo manteniendo que es
de una hipocresía que linda con el insulto que justifiquen cualquier tipo de
medida -pongamos la de la subida del IVA o la “incentivación” del parado vía
recorte de prestación- por los incumplidores, en lugar de luchar contra estos
últimos. De verdad, ¿algún pepero me puede justificar lo del IVA cuando hay una
amnistía fiscal decretada para los que ya han defraudado? Esto cada vez se
parece más a un sistema feudal en plan compadre y gallego, sólo faltaba que
impusieran de nuevo el diezmo.
Carmen del Toro
Fuente: http://andaluciainformacion.es
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