martes, 24 de julio de 2012

De mal en peor


Yo ya estaba de luto antes de que los funcionarios eligieran el negro para escenificar su malestar ante los recortes de sus sueldos, más que nada porque me olía que cualquier día algún ilustre miembro de nuestro Gobierno diría la verdad, aunque sin querer: “no hay dinero en las arcas públicas para pagar los servicios públicos”... Para eso no, pero sí lo hay para asumir el coste que tendrán para las arcas públicas -presentes y futuras- los 100.000 millones de euros -que se dice pronto, pero ¡anda que no pagaba yo maestros y médicos con ese dinero!- para rescatar a la banca española. 

Ahí está la gran verdad, señores, no le den más vueltas, el Gobierno actual no quiere salvar al Estado, ni mucho menos a las autonomías y a los ayuntamientos que son los que prestan la mayoría de los servicios públicos. Simple y llanamente no le interesa el debate en el que se mueve la mayoría de la gente que se está echando a la calle, entre los que están muchos de sus votantes, pero su mayoría absoluta -pertrechada tras los muros del Congreso y de las vallas policiales que diariamente protegen su integridad (la física, porque la moral ya sabemos, vía Fabra, dónde la tienen)- se ha convertido en un arrolla-todo que, bajo la excusa de que hay que salvar a España -¿salvar? ¿qué entenderán ellos por salvar?-, les está permitiendo en apenas cuatro meses -curiosamente, desde que se celebraron las elecciones andaluzas- desmantelar todo por lo que han y hemos estado trabajando durante los últimos cuarenta años.

 A mi ya no me convencen, no he visto, ni he leído, ni he escuchado ni una sola propuesta dirigida a mantener el Estado de Bienestar, ése que permite a un país como Bélgica o como Holanda sobrevivir sin un gobierno varios meses sin que se vayan a pique porque quien mantiene de verdad al Estado son... los funcionarios. Sigo manteniendo que es de una hipocresía que linda con el insulto que justifiquen cualquier tipo de medida -pongamos la de la subida del IVA o la “incentivación” del parado vía recorte de prestación- por los incumplidores, en lugar de luchar contra estos últimos. De verdad, ¿algún pepero me puede justificar lo del IVA cuando hay una amnistía fiscal decretada para los que ya han defraudado? Esto cada vez se parece más a un sistema feudal en plan compadre y gallego, sólo faltaba que impusieran de nuevo el diezmo.

Carmen del Toro

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