Hace ya más de un año escribí una de mis entradas más polémicas, INDIGNADA CON LOS INDIGNADOS,
en la que dejaba claro lo que pensaba y pienso del movimiento #15M.
Transcurrido el tiempo y vistos los acontecimientos, tengo aún más claro
que antes que no me equivoqué con ellos. Una vez desalojados los
socialistas de todos los gobiernos autonómicos, municipales y hasta el
nacional, el movimiento se ha diluido.
No digo que no hubiera una parte inocente
y espontánea dentro del movimiento, pero de lo que estoy convencida es
de que los únicos que resultaban y resultan beneficiados de cantinelas
como: “todos los políticos son iguales”, “la corrupción es inherente a
la política” y demás mantras repetidos hasta la nausea, son el Partido
Popular cuyos votantes son inasequibles al desaliento y votan siempre
contra viento y marea.
Ahora se cierne sobre Madrid una nueva
amenaza. Se ha convocado a través de las redes sociales, no tengo muy
claro por quién o quiénes, para el día 25 de septiembre una suerte de
asalto a la Cámara Baja con el lema “ocupa el Congreso” somos el 99% y
esto es muy grave, gravísimo.
Con una Marcha sobre Roma, en octubre del
año 1922, Benito Mussolini llevo a los camisas negras al poder con la
inestimable ayuda del Rey de Italia, Victor Manuel III quien encargó al
propio Duce formar gobierno.
Quizás, otros, están impacientes porque
el Partido Popular termine de desmantelar el Estado del Bienestar y
poder hacer negocio con la Sanidad o la Educación, ahora que el círculo
virtuoso del ladrillo se ha terminado. Se les hace largo esperar a las
siguientes reformas que recorten aún más los derechos de los
trabajadores, de las mujeres, de los inmigrantes y quieran acelerar las
cosas.
Quizás, los más, no tienen ni idea de lo
malo que sería que no existieran la política y los políticos. Creen que
el mundo sería mejor si en lugar de elegir a nuestros representantes
mediante el sufragio universal nos auto gobernásemos y no se dan cuanta
que a falta de política son los mercados, los especuladores, los ricos y
poderosos los que deciden por todos nosotros.
Si el sistema tiene fallos, que los
tiene, solo hay una manera de corregirlos, desde dentro. Si hay
políticos corruptos hay que denunciarlos, juzgarlos y condenarlos. Si
nuestra Constitución necesita una actualización después de 30 años de
servicio, se buscan los consensos y apoyos necesarios y se cambia.
Cualquier cosa democráticamente decidida entre todos es mejor que la
mejor de las utopías.
No secundaré convocatorias contra la
democracia, jamás. Yo MARCHARÉ SOBRE MADRID el 15 de septiembre en
defensa de la Democracia, del Estado del Bienestar, de la Educación y la
Sanidad Pública, de la Ley de Dependencia, de los derechos de los
trabajadores, de los funcionarios, de los jubilados, de las mujeres, de
los homosexuales, de los inmigrantes, de todos nosotros.
Fuente: Martu Garrote
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