martes, 30 de octubre de 2012

PREVARICACION GUBERNAMENTAL




El gobierno prevarica porque no dedica los recursos públicos a mejorar la distribución de riqueza –mucha o poca - entre los ciudadanos. Con ellos premiar a los corruptos banqueros que estafaron a los ciudadanos con los impuestos que, en su mayoría, pagan los estafados.

Es falso que haya que salvar a los bancos porque si no se hunde el país. El país se hunde porque se hunden sus ciudadanos. Pero el Gobierno no protege a los pequeños accionistas, sus pérdidas no les empobrecen mucho porque nunca fueron ricos, sino a los grandes accionistas con representación en el Consejo de Administración, para que no pierdan dinero y para que sus empleados, que gestionan los bancos, obtengan inmensos blindajes en premio a su gestión económicamente desastrosa que ha empobrecido al país.


Los bancos que engañaron a los ciudadanos hipotecados, ¡les estafaron porque ellos ignoraban que si no pagaban la hipoteca además de perder la vivienda seguirían debiendo la parte no pagada, con lo que el negocio es redondo: lo cobrado se lo han quedado y lo que queda sin pagar ya lo cobrarán. La momentánea situación de falta de liquidez la resuelve el Gobierno dándoles el dinero de todos los ciudadanos, incluidos los estafados por partida doble: los que han perdido la vivienda.

Un Gobierno competente no necesita recurrir a la prevaricación para salvar a los ricos que lo apoyan, paradójicamente también muchos de los estafados que siguieron votándoles. Sus ministros económicos son unos perfectos incompetentes; los del la UE también. Veamos: Partamos de un dato redondo: el BCE concedió a la banca española un préstamo de 350.000 millones de euros al 1 %. Los bancos en vez de financiar a las empresas especulan con él comprando deuda española, hasta a un 7 %. El dinero público recibido por los bancos privados – de ahí vienen los 350.000 millones de euros – se lo prestan al estado – que lo recibiera de los ciudadanos - al que le cobran - ¡de nuevo dinero público de los ciudadanos! - el diferencial del 7 % – 1 % = 6 %, ¡sin riesgo!, que es lo que justifica moral y legalmente el beneficio. Sus beneficios son el interés del dinero del préstamo de los que pagan el interés.

Supongamos que el BCE hubiera prestado los 350.000 millones de euros al 1 % a los ciudadanos desahuciados y a las empresas que han quebrado no porque no fueran rentables, sino porque los bancos no les prestaron el dinero recibido del BCE para dinamizar la economía y no para especular aumentando la deuda del Estado.
Un préstamo medio de 100.000 € per capita hubiera permitido que un millón de ciudadanos que no pudo seguir pagando 5 a 7 % de interés por el préstamo del banco, hubiera podido conservar su vivienda con este segundo préstamo hipotecario al 1 %. No haber sido desahuciados hubiera sido el primer beneficio de esta actuación.

El segundo beneficio sería que los bancos no hubieran visto aumentar sus morosos e impagados ¡pero tampoco las empresas inmobiliarias! Tampoco habrían perdido dinero en las gestiones de desahucio – congestionando además la justicia. Por tanto, sin moroso ni fallidos no hubieran necesitado recibir ese dinero directamente del BCE porque no tendrían agujero.

Esos préstamos de 100.000 € a 1 millón de personas sólo son 100.000 millones €, por tanto aun quedarían 250.000 millones € del total de los 350.000 millones de euros del préstamo del BCE a los bancos. Con un interés del 1 % no hubieran quebrado 10.000 empresas/año ¡sólo porque los bancos no les renovaron los préstamos!, provocando su quiebra, aunque eran rentables, por falta de liquidez.

250.000 millones €/40.000 empresas = 6 millones €. En España la mayoría de las empresas son PYME que no hubieran quebrado sólo con tener acceso a los préstamos que los bancos les negaron, ¡no digamos si su interés hubiera sido sólo del 1 %! Préstamos de 250.000 €/empresa al 1 % hubieran salvado a un millón de empresas que, con una media de 5 trabajadores /empresa hubieran hecho desaparecer 5 millones de parados actuales. Es decir, hubieran desaparecido los gastos en subsidios de paro, los impagados empresariales y personales; la actividad económica estaría mantenida en lugar de estar en recesión, etc., etc.

La duda es: ¿son malvados o incompetentes?; ¿o son ambas cosas? Yo me inclino por la segunda opción: son unos verdaderos e incompetentes hdp.
 

A.J. Vázquez

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