jueves, 9 de agosto de 2012

Europa. Crisis. IV Reich


 
¡Oh Alemania, pálida madre!
Entre los pueblos te sientas
cubierta de lodo.
Entre los pueblos marcados por la infamia
tú sobresales.
(Bertolt Brecht, 1933)


A los europeos de postguerra les han inoculado el virus de la amnesia. El del jamás existió. A los europeos les han hecho olvidar que, en Alemania, merced al voto masivo que los alemanes otorgaran en 1933 a un tal Adolfo Hitler, dicho monstruo, estuvo a punto de imponer manu militari en todo el mundo, empezando por Europa, el III Reich. Una dictadura fascista, con todas sus consecuencias políticas, económicas y sociales.

A los europeos se les ha ocultado durante décadas que, sólo en Europa, desde el Cabo Norte hasta el de San Vicente, a ese matarife, se le unieron en una guerra que provocó la muerte de más de 65.000.000.- de seres humanos, otros carniceros del jaez de Mussolini, Franco, Salazar, Pétain, Laval, León Degrelle, Eugenio Paceli y toda una legión de nazis colaboracionistas europeos. 

A las últimas generaciones de europeos se les ha inculcado que, el III Reich, llegó a su fin, con la interpretación del Proceso de Núremberg. Se les ha impuesto el dogma, de la desaparición milagrosa o, por arte de birlibirloque, de toda una horda nazi fascistas. Se les ha escamoteado que, en Europa, después de aquel Proceso, no se produjo ninguna metamorfosis; que los gusanos no se transformaron en mariposas, y que los miembros de la SS  y demás organizaciones nazis, continuaron operando  cómodamente emboscados en Alemania y Europa, merced a la inmensa riqueza que les había proporcionado el expolio que perpetraron contra el pueblo judío y demás naciones a las que invadieron y, por supuesto, a la innegable ayuda silenciosa que les brindaran las autoridades alemanas, y a la declarada de las Grandes Potencias y los gobiernos  totalitarios de España, Portugal, Egipto, Brasil, Argentina, Chile. Venezuela etc., que los acogieron con los brazos abiertos. 

Aunque muchos se quedaron en Alemania y demás  países europeos, otros fueron cooptados por las cuatro Grandes Potencias,  Argentina y Egipto para desarrollar, entre otras cosas, los artefactos nucleares que se lanzarían sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945 y los que hoy atemorizan a toda la Humanidad.

Richard Helms, director de la CIA, cuando se le preguntaba por los empleos que la Agencia había dado a  criminales de guerra nazis contestaba: “No somos boy-scouts. Si  hubiéramos querido serlo, nos habríamos apuntado”. 

A los europeos de hoy, el IV Reich alemán, les ha obligado a renunciar al porvenir. No les da miedo el presente, ni temen al pasado. Los europeos inmersos en la más profunda debacle económica jamás conocida en Europa, creada exprofeso por el IV Reich alemán, prefieren que les cuenten cuentos a soñar. A una buena parte de los europeos de hoy, no les importa el desprestigio cívico. La desconfianza les impide pensar, a pesar de la que tienen encima.  A la mayoría de europeos de hoy, no les importa nada, siempre y cuando no les falte el pan y el circo. No quieren saber, por ejemplo, que la Europa que les venden no es una unión de naciones, sino un conjunto de estructuras burocráticas en las que todos sus políticos de derechas e izquierdas  sin excepción, están supeditados al IV Reich alemán. A una supuesta locomotora económica de Europa que, en realidad de lo que vive es de la explotación del resto de países de la UE como la Alemania de los años 40 vivió del capital americano del Plan Marshall, lo cual es ocultado sistemáticamente, por el piadoso manto del falso progresismo.

A muchos europeos les trae sin cuidado que, el IV Reich alemán, para llevar a cabo su expolio sistemático contra otros Estados europeos, deba debilitarlos económicamente, a través de la legislación europea y, políticamente, fomentando una descentralización falsa, tras la que se esconden y fomentan, únicamente,  los nacionalismos separatistas y los nacionalismos separadores.
La mayoría de europeos no sabe, que, el mayor peligro lo representa, la labor política que Alemania está llevando a cabo: romper los Estados europeos, igual que lo intentara Hitler manu militari en 1940. Pero hoy, son otros los métodos. Existe una relación  de Organismos y Federaciones orientadas a desestabilizar la propia UE, todas ellas,  radicadas en Alemania e infiltradas en el Consejo de Europa, en la UE, en USA y en GB.

 El actual entramado de dominación y poder europeos resulta un escollo   contra el que Alemania choca inexorablemente por no tener capacidad para reconducirlo. Para ello, necesita provocar su desintegración; construir un orden de nuevo cuño, donde sí pueda imponer su hegemonía y debilitar a las burguesías europeas, sobre todo, a las más recientes.

España siempre ha sido un camp codiciado por los alemanes. Han permanecido en él, mandando y esquilmando a su población, durante  siglos. Por un motivo u otro, particularmente por su alianza con el altar y seguido por el de los braguetazos reales, desde que pusieran sus pies por primera vez en España allá por los primeros años de la mitad del siglo V, hasta el día de hoy, jamás han dejado de mandar y robar (legalmente) en España. También saben de la debilidad que las más de 8.000 tribus españolas sienten por todo lo imperial.  

Los alemanes entre 1936-1939 convirtieron el  secarral español que sus antepasados habían ayudado a construir durante sus  años de permanencia, mandato y latrocinio, en un campo de entrenamiento militar, en el que  iban a experimentar contra su población civil, los mortíferos artilugios de guerra que, más tarde, iban a emplear contra todos los europeos y, si se les hubiera permitido, contra toda la humanidad.
Durante los 40 años de Franquismo, España fue un refugio seguro para los nazis que vinieron de Alemania y para todos los que lo hicieron huyendo de otros países después de acabada la II Guerra Mundial. Nazis que se establecieron en España dedicados a todo tipo de negocio como la industria, la banca y los seguros. Ejemp: (Opel Blitz, Deuche Banck, Plus Ultra).

No es una coincidencia que a día de hoy reine en España  una familia en la que uno de sus miembros, la Reina, la “profesional”, sea de origen prusiano. Una “profesional que fue educada en la Alemania nazi con arreglo a cánones prusianos en un colegio propiedad de un  tío suyo antiguo oficial de la Wehrmacht. Es una profesional que lleva por nombre: Sofía Scheleswig-Holstein-Sonderburg-Gluecksburg. Es una señora que no sabe  hablar, leer y escribir correctamente en español castellano. Tampoco en los otros idiomas españoles. Es una señora que habla, lee y escribe mejor en alemán, que en griego y español. Señora que siempre está presente en el club que lleva el germánico apelativo de Bilderberg de cuya fundación fue titular  un conspicuo nazi alemán. El Príncipe Bernardo von Lippe-Biestrefeld. Rey consorte de Holanda.
España y sus políticos llevan 30 años  subordinados a Berlín. A ése IV Reich esquilmador, que es quien impone las pautas político-económicas que han de seguir los españoles.

Hablar de la subordinación que rinden interesadamente los políticos españoles a Berlín, no requiere ningún esfuerzo mental, puesto que los hechos están ahí para demostrarlo. España entró en la UE de la mano de un alemán conocido por el mote de “Willy Brandt” (SPD). Personaje conchabado con el PSOE, al que había comprado exprofeso, con una condición explícita: España, no podría entrar en la UE, en condiciones de socio igualitario; debía entrar, en calidad de cliente. Los 45.000.000 de españoles, y los 60.000.000 de turista que nos visitan cada año, deberían comprar casi todo en Alemania y, con tal motivo, Felipe González Márquez, a la sazón Secretario General del PSOE y Presidente de Gobierno del Reino de España, debería desmantelar el tejido productivo español. Una vez cometida la fechoría, en España, ya no se iban a fabricar productos terminados que engrandeciesen el “Made in Spain”. Se fabricarían productos intermedios para la industria alemana, que si iban a engrandecer el “Made in Germany”.

Por tal motivo, los españoles han pagado muy caro por su entrada en la UE. España ha perdido el 35% de sus viñas; el 25% de su cabaña ovina y caprina; el 24% de la bobina debiendo importar leche; el 25% de los pescadores están en paro; el 45% de los mineros están desocupados; en los astilleros se han destruido el 65% de los puestos de trabajo; la siderurgia no existe, la industria textil, en su tiempo de primerísima calidad, ha desaparecido. En España no se producen, no digamos productos terminados de complicada tecnología, no se producen en gran escala: lapiceros, clips, vasos, platos, televisores, receptores de radio y un largo etcétera de productos de uso cotidiano, hasta  alcanzar, no se sabe, cuantos millones de parados. A los que habrá que sumar, los que van a sumarse a la tragedia.

El IV Reich alemán, heredero del III, con su emperatriz Ángela Merkel a la cabeza y todos los políticos españoles, sin excepción, arrodillados ante ella, son el gran problema de España. Alemania, su emperatriz y son el drama de Europa. 

¿Deberíamos reflexionar sobre si  merece la pena permanecer en la UE en estas condiciones?

¡Oh Alemania pálida madre!
¿Que han hecho tus hijos de ti
para que,  entre todos los pueblos,
provoques la risa o el espanto?
(Bertolt Brecht, 1933)
Eduardo Calvo García
Pasión por la República

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