Otto
Engelhardt nació en Braunschweig (Brunswick), ciudad de la Baja Sajonia, el 7 de
agosto de 1866. Fue fusilado en septiembre de 1936, cuando contaba con 70 años
y estaba enfermo. El 19 de agosto de 1936 ingresó en el Hospital de las Cinco
Llagas, en la sala San Cosme, cama número 37, a causa de una flebitis. Recibió el alta el
12 de septiembre de 1936.
En este
hospital había una placa conmemorativa en la que la Diputación Provincial
de Sevilla, le agradecía el haber costeado el embaldosado de la sala San José.
El mismo día que le dieron el alta, se lo llevaron a la Delegación de Orden
Público, situada en la
Calle Jesús del Gran Poder y allí estuvo detenido hasta su
ejecución.
Después
se encargaron de que su vida y sus obras cayeran en el olvido; sin embargo la
huella que dejó en su familia es imborrable y nos ha impulsado a recuperar y a
restaurar su memoria.
El 18 de
diciembre de 1910 los trabajadores y altos cargos de la Compañía Sevillana
de Electricidad le dieron un homenaje, para “celebrar los grandes triunfos
alcanzados en el desempeño de su dirección técnica y administrativa”…”el Señor
Caravaca leyó la dedicatoria del hermoso y artístico álbum que todos los
empleados ofrecieron a su director como prueba de afecto y estimación. Al acto
asistieron D. Nicolás Luca de Tena, D. Raúl Noel, consejero de la Compañía, los dos hijos
del Señor Engelhardt, representación de la Prensa y de los obreros de los diversos
departamentos” (Nuevo Mundo, jueves 29 de diciembre de 1910. Madrid).
Como
Director de la Compañía
de Tranvías “engalanó un coche motor y varias jardineras” (ABC, 07/09/1909) que
estuvieron en servicio constante los primeros días de septiembre de 1909 con
objeto de recaudar fondos para los heridos de la campaña en Melilla, en la Guerra de Marruecos. Por
esta actuación y otras en relación con los heridos de guerra, el rey Alfonso
XIII le concedió la medalla de Isabel la Católica en el año 1911.
Otto
Engelhardt desempeñó el cargo de cónsul honorífico de Alemania en Sevilla,
desde 1903 hasta su cese a petición suyo el día 23 de diciembre de 1919. En
1916, Otto Engelhardt como cónsul solicita al Ministerio de Asuntos Exteriores
ayuda para que se construyera un colegio alemán, ya que con motivo de la
entrada de Portugal en la primera Guerra Mundial, en Sevilla había muchas
familias alemanas procedentes de Portugal y profesores del colegio alemán de
Lisboa. No obstante, esta solicitud es rechazada por el Ministerio y los
alumnos tienen que ir al Colegio Alemán de Madrid.
Según un
artículo aparecido en el periódico El Liberal, el 11 de febrero de 1931 don
Otto, como cónsul, fue el responsable de impedir un intento de sabotaje grave
por parte de un oficial de la
Armada alemana durante la Primera Guerra
Mundial. Este asunto se mencionó también en el periódico alemán Gaceta
General de Dortmund. No quedó claro si aquel oficial actuó por encargo de
una entidad militar alemana, puesto que no pertenecía al personal de la Embajada.
El 13 de
junio de 1931, devuelve al Gobierno de su país todas las condecoraciones con
las que éste le premió después de la primera Guerra Mundial. En 1932 la República española le
concede la nacionalidad española, renunciando a la nacionalidad alemana. El
periodista José Rodríguez Patiño dijo en un artículo de la época: “en un
folleto Adiós Alemania, en alemán, brindado a sus amigos y al gobierno
alemán, y muy elogiado por la prensa democrática de su país natal, explica don
Otto, en forma muy clara, las razones que le indujeron a pedir la
naturalización española. Los sevillanos saludan al nuevo compatriota español
seguramente con cariño de todo corazón puesto que raramente un extranjero ha
contado con tantas simpatías en Sevilla como las que se ha granjeado don Otto”.
Fue un
asiduo colaborador del periódico El Liberal de Sevilla, dirigido por su
amigo José Laguillo. Esta publicación contaba con un talante innovador, siendo
precursora de las más modernas tendencias de la prensa actual. Todos los
artículos que escribió sobre la política en Alemania, fueron remitidos a la Embajada alemana en
Madrid y desde allí al Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín. Al llegar al
poder Hitler, le instaron a que dejara de publicar artículos de esta índole,
pero él siguió manifestando públicamente su oposición al fascismo. El 15 de
octubre de 1932 publica el artículo La Dictadura en Alemania en el que
afirma: “Nadie, fuera de Alemania, comprenderá que un aventurero extranjero
pueda formar, bajo la vista de un Gobierno, un poderoso Ejército particular para
su propio objeto y el de sus comitentes, que naturalmente se han de pagar los
gastos. El objeto es el de la instauración del terror como sistema, el canibalismo
del cual este ejército particular ya ha dado numerosas pruebas sangrientas
para destrozar la forma republicana del Gobierno…”.
También
entonces escribió: “Uno de los hitlerianos enfurecido porque yo había publicado
en EL LIBERAL el trato entre el que fue emperador de Alemania y el fue rey de
Bulgaria, respecto de la participación de esta nación en la guerra mediante el
cobro de treinta millones, me atacó en un periódico. Lo hizo como buen
hitleriano, por detrás, es decir anónimo, firmando sólo Manuel. Este buen
Manolo Hitler no debiera olvidar que el primero que no encontró muy limpio este
negocio fue su ex majestad búlgaro-alemana misma…Y creo que no se debe sustraer
a la atención del público un hecho como el referido para que el mundo vea un
ejemplo más de la manera infame y criminal en la que los hijos del pueblo
fueron arrastrados al matadero para gloria de la Patria, es decir para las
cajas de los de la Gracia
de Dios, el trust de los fabricantes de armamentos y el bienestar y la
importancia de los barones”.
Se sentía
orgulloso de su nacionalidad española, y pensaba que el gobierno español estaba
muy lejos del fascismo de Hitler: “¡Gracias a Dios que vivo ahora como
ciudadano español, bajo la protección de un Gobierno que está tan lejos del
fascismo como yo de Hitler y sus príncipes! No dejo de amar a mi Alemania y le
deseo para ella de corazón que vengan pronto días felices sin Hitler, sin
barones y príncipes; días republicanos de verdad y prósperos como merece el
pacífico pueblo alemán”. Micro Según consta en documentación del consulado,
ayudaba a emigrantes alemanes a partir del año 1933.
Fue
investigado y vigilado por el consulado en Sevilla y la embajada alemana en
Madrid desde enero de 1929 a
diciembre de 1935, como así consta en la documentación encontrada en el Archivo
Político del Ministerio de Asuntos Exteriores de Berlín. El cónsul alemán en
Sevilla en esa fecha, el Sr. Draeger, envió informes sobre Otto Engelhardt a la Embajada alemana en
Madrid y de allí se enviaron al Ministerio de Asuntos Exteriores. En una ocasión
el Sr. Draeger visitó al director del periódico El Liberal, José
Laguillo, para pedirle que no publicara ningún artículo de Otto Engelhardt.
Cuando Otto conoció la noticia, escribió una carta al Sr. Draeger en febrero de
1933, en la que le decía que…”Mi amigo Don José Laguillo, Director del Liberal,
me dijo que Vd. le había visitado en nombre del embajador para rogarle suprima
mis publicaciones en el Liberal si ellas envolvieran alguna crítica
personal de los miembros del gobierno alemán. Sobre esto debo decirle que nunca
he ofendido a nadie en su persona, porque conceptúo cualquiera ofensa como una
emanación de la cobardía –y cobarde no soy de ninguna manera. La cobardía la
dejo a mis adversarios, los que en Alemania como aquí han intentado de emplearla
bajo el manto de la anonimidad para lanzar ofensas contra mí. Yo me he limitado
en mis trabajos siempre a hacer referencias, basadas sobre documentación
exacta. Mi ideología es, como Vd. sabe, absolutamente pacifista, sin
violencias, y desde luego, también absolutamente republicana”.
Esta
situación se fue agravando con el tiempo y en octubre de 1933 escribe una carta
dirigida a la Prensa
Española en la que dice “pocos meses después me he enterado
que un representante del hitlerismo en Sevilla, me había denunciado como HOMBRE
PELIGROSO al gobernador Sr. Labella y éste había puesto mi nombre en una lista
de hombres de cuidado que él entregó a la Guardia Civil para
que ésta me vigile. Lo más interesante para mí es saber OFICIALMENTE: quién es
el villano que me ha denunciado. Lo necesito saber por mi seguridad y mi
defensa. Quién soy y cómo me he portado en la vida pública puede decirlo toda
Sevilla, no hacen falta indagaciones policiales. Como ciudadano fiel creo tener
derecho a esperar que todos los españoles me protejan contra cobardes
atentados, que me han anunciado ya también anónimamente, y contra todavía más
cobardes denuncias que tienen la mala intención de perjudicarme en la vida
particular y comercial. No pertenezco a ningún partido político, no pertenezco
más que a la
República Española, pero soy he sido siempre un pacifista
convencido”.
El último
informe que consta en el Archivo Político es un recorte del periódico El
Liberal, del 20 de noviembre de 1935 en el que se menciona una fiesta que dio
don Otto en su casa en San Juan de Aznalfarache, en la que se recordó la
primera revolución alemana, adornando la casa con la “legítima bandera alemana
de los colores negro, rojo y gualda”. “El señor Engelhardt brindó por el
porvenir republicano de su antigua patria, manifestando que los buenos alemanes
no deben perder la confianza en el resucitar de la antigua y excelsa Alemania,
fundada por los espíritus glorificadazos en todos los países: Kant, Schiller, Goethe,
Leising”.
En la
última etapa de su vida, fundó el laboratorio Sanavida en San Juan de
Aznalfarache. Este laboratorio comercializó medicamentos como Nervidin,
Neocrom, o Epivomin, que se utilizó para el tratamiento de la epilepsia,
insomnio, vómitos embarazo y transtornos nerviosos en general.
Hombre de
honor y de una gran valentía fue ejecutado por manifestar abiertamente sus
ideas liberales y pacifistas. Lo último que recuerda mi abuela Teresa es la
visita de su hijo Conrado a la
Delegación de Orden Público para poder recuperar los objetos
personales de su padre. Se fue con las manos vacías y con amenazas de muerte.
Desde entonces mi familia ha callado pero nunca ha olvidado. Su foto vestido de
cónsul sigue presidiendo el salón familiar y su nombre lo llevan su biznieto y
tataranieto.
Micro Biografía descargada de
www.todoslosnombres.org
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