Un artículo publicado el jueves en varios
periódicos económicos alemanes firmados por su corresponsal en España Stefanie
Claudia Müller y Roberto Centeno (www.elconfidencial.com) ha levantado ampollas
en España. En él, quedan al descubierto algunas de los grandes problemas que
marcan el estado comatoso de España. Este es el artículo en cuestión que está
provocando un incendio en internet:
En Alemania crece la crítica contra la supuesta "mentalidad de
fiesta" de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos
con la supuesta dureza de la canciller Merkel. Pensamos que la
situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la
mayoría de los medios. España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si
Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos
problemas.
Este tema es la clave del futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público -234.000 millones frente a 118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y este gasto se realiza en condiciones de descontrol, despilfarro y corrupción totalmente inaceptables.
La culpa no es de los salarios, un 60% de la
población gana menos de 1.000 euros.
Las razones verdaderas de la crisis del país, en
consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un
60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, pensiones
demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- o
pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania.
A España tampoco le falta talento, ni capacidad
empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, magníficos
ingenieros, brillantes abogados, médicos excelentes y gestores de primer nivel.
La razón de la enfermedad de España es un modelo de
Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por
una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y
económica, y con el poder judicial y los organismos de control
a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni independencia del poder
judicial, ni los diputados representan a los ciudadanos, sólo a los partidos
que los ponen en una lista.
Todo esto lleva también a una economía sumergida
que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el
desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que podrían financiarse
educación y sanidad.
Las ayudas para España, igual que para otros
posibles candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y
fuertemente politizados. En la CAM,
el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de
cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones
urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además
de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos. ¿Por qué se ha
utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la
razón es la siguiente: los bancos no quieren que la
UE investigue sus cuentas.
Control estricto y duras condiciones. Ya el caso de Grecia ha demostrado que las ayudas europeas tienen que estar vinculadas a un control estricto y condiciones duras. Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa. Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar. Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno sólo puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por personas tan increíblemente venales.
La pasada semana el ministro de Industria Soria
-imputado también por corrupción urbanística en Canarias- acusó al ministro de
Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa
líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva
regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones
anualmente.
Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente
nada.
No puede permitirse por más tiempo este nivel de
corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como estados independientes,
con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios
meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV
regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que
emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y
colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna. En conjunto, unos 120.000
millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran anualmente en un
sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia.
Y con esto se tiene que acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero. Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes. El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos). Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa. 101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones de ingresos, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación fiscal.
El tema del déficit público es algo que roza la
ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos
gobiernos de España. En noviembre de 2011, el Gobierno dijo que
el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo
Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que
se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión. A finales de marzo, se
dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a
Bruselas. Dos semanas después, la
Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el
Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.
Sin embargo, la semana pasada el INE dijo que el
PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del
9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más;
o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no
han corregido sus cifras de 2011. Lo único que sabemos es que están todas
infravaloradas. El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11%, y en 2012 se
está gastando el doble de lo que se ingresa. Como dice el
Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de
convergencia hacia Grecia.
Claramente, la joven democracia española tiene
todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían
interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una
Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro. Esto es lo que ha hecho posible
el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de
las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del
Plan Marshall para toda Europa.
Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania. Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OCDE. La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.
Resumiendo: no es una falta de voluntad de
trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que
hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia. Es un sistema
corrupto e ineficiente. La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para
un rescate de España se deberían concentrar en la solución
de esos problemas. En caso contrario, sólo conseguirán que una casta política
incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.
Fuente: teinteresa.es
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