lunes, 22 de octubre de 2012

Con la Sucesión en los talones…



¿Para qué sirve realmente la monarquía hoy en España (aparte de ser un absurdo anacronismo)? Poco más que para el ornamento, lucimiento y pavoneo de sus miembros… o no entiendo nada.

Después de las vergonzantes noticias que han rodeado a la familia real española los últimos meses, no sería de extrañar, que ahora se estén planteando una posible abdicación de Juan Carlos I a favor de su hijo Felipe: Un lavado de cara. Porque una dinastía-negocio familiar tan sustancioso, con más de 300 años en su haber y un patrimonio incalculable, no le van a dejar caer solo por unos cotilleos de revista rosa.

Y es que ya se les ha terminado la imagen de familia unida, feliz y ejemplar; también la imagen de que tienen un papel imprescindible, como mediadores en las relaciones internacionales. Durante el último año, los hechos han desmentido sobradamente ambos argumentos; tan solo habría que echar un vistazo a la prensa de los últimos meses…

Por todo esto, habría que hacer balance, un escrutinio exhaustivo de cuáles son sus actividades “reales”, que inversión implican y qué rentabilidad objetiva aportan, de cara a nuestro país. El mismo examen o evaluación que haríamos a un ministro de exteriores, embajador, etc…. ¿Labores de “representación”? Es decir, hablando claramente, ¿Labores de “autopromoción”?  Hacerse la foto con unos y con otros, y poco más….

Comenzar a hacer la diferencia entre lo uno y lo otro, contribuiría al bien de nuestra salud democrática. Convendría tomarse en serio realizar un control más estricto respecto de las actividades que realizan, por día, semana, mes; dónde van, a qué van, qué discurso, cuál vestimenta, justificación de ésa actividad y realizar una evaluación lo más objetiva posible, en el sentido de que, si de verdad su “aportación a España”  merece todos los privilegios de los que disfrutan…

Secretismo, silencio, ocultación, medias tintas…y,  para colmo, la nueva Ley de Transparencia, excluye también a monarquía, lo cual es escandaloso…

 Así, dada la situación de crisis extrema y compleja que existe hoy en España, no sería de extrañar que, igual que hicieron en el pasado, aprovechen la ocasión, para “colarnos” a Felipe VI, casi sin darnos cuenta…

Tenemos que cuidar a nuestra joven democracia…” decía Felipe hace unos días, y yo le diría que, a pesar de lo de “joven” (él hace las cuentas desde 1978…), hemos aprendido rápido, sabemos leer entre líneas y no necesitamos  “tutores”… porque la democracia no necesita tutores.

La Constitución de 1812, hecha a la medida de su tiempo, se resumiría en la frase:  “Que se vayan los franceses y nosotros a lo nuestro…”  Es decir, el poder para los Borbones y la Iglesia, porque esto es España…. parece que no hayan pasado 200 años!

En 1978, éramos 22 millones de españoles, de los cuales, 15 votaron (sí o sí) la nueva Constitución; hoy somos más de 40, pero muchos ya no estamos dispuestos a mantener esta dinastía, “por la gracia de dios”  por los siglos de los siglos.

¿Estamos en la antesala de la abdicación? Es posible…entonces:

¡Bienvenido al mundo real, Felipe!

Te esperaremos en la puerta de de la Catedral de la Almudena, en Madrid, después de tu entronización, después de que el señor Rouco haya otorgado su bendición a tu nueva misión histórica. Allí estaremos, tricolor en alto, saludándote al grito de:

¡Queremos un REFERENDUM!

Para los que consideramos que la monarquía, en cualquiera de sus formas, es un menoscabo para la democracia, este es un llamamiento a reflexionar y tomar partido; es el momento de unir esfuerzos, romper el silencio, de salir a la calle con una sola voz, de hacernos oír: “¡Queremos elegir nuestro jefe de estado!” “¡No a los privilegios!” “¡No más monarquía!”

R. Rodríguez.
 

Fuente: https://destinorepublicano.wordpress.com

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