¿Para qué sirve realmente
la monarquía hoy en España (aparte de ser un absurdo anacronismo)? Poco más que
para el ornamento, lucimiento y pavoneo de sus miembros… o no entiendo
nada.
Después de las vergonzantes
noticias que han rodeado a la familia real española los últimos meses, no sería
de extrañar, que ahora se estén planteando una posible abdicación de Juan
Carlos I a favor de su hijo Felipe: Un lavado de cara. Porque una dinastía-negocio
familiar tan sustancioso, con más de 300 años en su haber y un patrimonio
incalculable, no le van a dejar caer solo por unos cotilleos de revista rosa.
Y es que ya se les ha
terminado la imagen de familia unida, feliz y ejemplar; también la imagen de
que tienen un papel imprescindible, como mediadores en las relaciones
internacionales. Durante el último año, los hechos han desmentido
sobradamente ambos argumentos; tan solo habría que echar un vistazo a la prensa
de los últimos meses…
Comenzar a hacer la diferencia
entre lo uno y lo otro, contribuiría al bien de nuestra salud democrática.
Convendría tomarse en serio realizar un control más estricto respecto de las
actividades que realizan, por día, semana, mes; dónde van, a qué van, qué
discurso, cuál vestimenta, justificación de ésa actividad y realizar una
evaluación lo más objetiva posible, en el sentido de que, si de verdad su
“aportación a España” merece todos los privilegios de los que disfrutan…
Secretismo, silencio, ocultación,
medias tintas…y, para colmo, la nueva Ley de Transparencia, excluye
también a monarquía, lo cual es escandaloso…
Así, dada la situación de
crisis extrema y compleja que existe hoy en España, no sería de
extrañar que, igual que hicieron en el pasado, aprovechen la ocasión, para
“colarnos” a Felipe VI, casi sin darnos cuenta…
“Tenemos que cuidar a nuestra
joven democracia…” decía Felipe hace unos días, y yo le diría que,
a pesar de lo de “joven” (él hace las cuentas desde 1978…), hemos
aprendido rápido, sabemos leer entre líneas y no necesitamos “tutores”… porque
la democracia no necesita tutores.
La Constitución de 1812,
hecha a la medida de su tiempo, se resumiría en la frase: “Que
se vayan los franceses y nosotros a lo nuestro…” Es decir, el poder para
los Borbones y la Iglesia,
porque esto es España…. parece que no hayan pasado 200 años!
En 1978, éramos 22 millones de
españoles, de los cuales, 15 votaron (sí o sí) la
nueva Constitución; hoy somos más de 40, pero muchos ya no
estamos dispuestos a mantener esta dinastía, “por la gracia de dios”
por los siglos de los siglos.
¿Estamos en la antesala de la abdicación?
Es posible…entonces:
¡Bienvenido al mundo real,
Felipe!
Te esperaremos en la puerta de de
la Catedral
de la Almudena,
en Madrid, después de tu entronización, después de que el señor Rouco
haya otorgado su bendición a tu nueva misión histórica. Allí
estaremos, tricolor en alto, saludándote al grito de:
¡Queremos un REFERENDUM!
Para los que consideramos que la
monarquía, en cualquiera de sus formas, es un menoscabo para la democracia,
este es un llamamiento a reflexionar y tomar partido; es el momento de unir
esfuerzos, romper el silencio, de salir a la calle con una sola voz, de
hacernos oír: “¡Queremos elegir nuestro jefe de estado!” “¡No
a los privilegios!” “¡No más monarquía!”
R. Rodríguez.
Fuente: https://destinorepublicano.wordpress.com
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