martes, 23 de octubre de 2012

Cuatro apuntes sobre el 21O




Feijóo es más presidente con menos votos. El líder del PP gallego ha conseguido tener tres escaños más que en 2009, pero se ha dejado más de 130.000 votos en estos últimos tres años. Su victoria ha sido clara sobre todo por el estado raquítico en el que se encuentra el PSOE, pero no por méritos propios. Incluso se deja cuatro veces más votos de los que perdió Fraga cuando el bipartito le arrebató la Presidencia de la Xunta en 2005. Cierto es que entonces el PSOE ganó un 66% más de votos. ¡Qué tiempos!

Los grandes perdedores de las elecciones son los pensionistas. La pérdida de votos en Galicia no cambia la visión del PP, que lo usará como una reafirmación a sus recortes. Lo dejó claro Feijóo en cuanto salió a dar su discurso de la victoria: “Si los ciudadanos no entendieran que pese a los esfuerzos se está gobernando con responsabilidad, esta victoria hubiera sido imposible”. Sin nada que esperar de las elecciones catalanas, Rajoy ahora tendrá aún menos miramientos para engañar a los jubilados con una revaloración tramposa del IPC. Por no hablar de esos 40.000 millones de euros más de deuda que nos va a costar el rescate bancario, que Rajoy ve como calderilla y que nos abocarán a más recortes.

El PSOE sigue en caída libre. Tras el espejismo que supusieron las elecciones andaluzas y asturianas, los socialistas siguen cavando su agujero. En Galicia han perdido siete escaños, pero se han dejado casi la mitad de los votos. Y la entrada de Bildu en el País Vasco podría explicar la pérdida de la lehendakaritza, pero desde luego, por sí sola, no explica que 100.000 vascos hayan retirado su voto a Patxi López. La crisis ya no vale para explicar la situación del PSOE y menos aún que, con la que está cayendo, los ciudadanos desconfíen más de Alfredo Pérez Rubalcaba que de Mariano Rajoy.

Se busca referente para la izquierda. En un país con un 20% de los ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza, parecería lógico que la mayoría de la población sea de izquierdas. El problema es que se identifica al PSOE como el principal partido de izquierdas, pero éste se empeña en no comportarse como tal, y como consecuencia, muchos ciudadanos se jactan de no ser “ni de izquierdas, ni de derechas”. Sin embargo, cuando el discurso es claro y se dicen las verdades del barquero (cambiar el marco socioeconómico o el sufrimiento que causan las políticas neoliberales entre quienes más sufren), el resultado es claro. Lo han demostrado las dos novedades en estos comicios: EH-Bildu y Alternativa Galega de Esquerda.



 



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