Comienza Noviembre, mes de los
difuntos, y como si entráramos en un Halloween permanente, los medios
conservadores y del Tea party español , junto con los voceros
del gobierno intensifican su campaña de desprestigio de los sindicatos
convocantes de la próxima Huelga General del día 14.
El Gobierno del PP, el de la derecha más rancia, es
enemigo acérrimo de los sindicatos de clase. Rajoy junto a sus amigos
mediáticos, que son numerosos y pendencieros, hace tiempo que montaron una
campaña de desprestigio dirigida, especialmente, contra UGT y a CCOO.
Los chicos del PP, fieles
devotos del neoliberalismo thatcheriano, toman al pié de
la letra una de sus primeras máximas: el odio a los sindicatos de clase. Éste
viene de lejos en nuestro país, no se nos puede olvidar que durante los
cuarenta años de dictadura, el dictador persiguió con saña a los sindicatos.
El capitalismos rechaza que los
trabajadores, los parados, los empleados tengamos un arma de autoprotección de
nuestros legítimos derechos frente a los desmanes de estos, de ahí esa obsesión de debilitar o liquidar a los
sindicatos de clase.
Este mes se incrementarán los
ataques en prensa, radio y televisión a los representantes sindicales;
volveremos a escuchar eso de sindicatos subvencionados, liberados sindicales.
Sabremos dónde pasa sus vacaciones Tocho o cual es la marca del reloj de
Cándido.
Nada dirán de la defensa de los
trabajadores en las empresas cuando esos santos varones que son nuestros empleadores
vulneran nuestros derechos. Tampoco hablaran de las mejoras de las condiciones,
no sólo laborales en los convenios colectivos, sino también sociales y de
igualdad.
No hablaran de que la única arma
de defensa que tenemos los trabajadores
frente a la voracidad sin límites de los empresarios son los sindicatos. Ni,
por supuesto hablarán de que la última
trinchera aun en pié en esta guerra del Neoliberalismos frente al Estado del
Bienestar que tenemos los ciudadanos, son los sindicatos.
Ellos mienten y olvidan que hasta hace pocos años, en este
país, cuando sólo existía una pantomima sindicalista de corte vertical y
falangista, a los compañeros de estos mismos sindicatos, se les arrestaba por
pedir derechos que hoy tenemos perfectamente asumidos, como algo lógico y
natural.
A los trabajadores de España, a
los ciudadanos españoles, nada, absolutamente nada de lo que hoy conocemos como
Estado del Bienestar nos ha venido dado por la providencia. Nada, esto ha
costado vidas, lucha, mucha lucha y esfuerzo, realizado por pocos y apoyadas
por el conjunto, y entre esos pocos están los sindicatos de clase,
especialmente CC.OO. y U.G.T.
Ahora resulta obvio observar que
el trato que recibían, hace apenas unos años, los asalariados era injusto y
desproporcionado, pero para ese entonces las reglas del juego estaban hechas de
tal manera que cuestionarlas estaba sólo permitido en el abrigo del hogar o en
cualquier otro lugar donde los patronos no la escucharan.
Esta vorágine de desprestigio de
la clase política, que se la ha ganado a pulso, pero que también está alentada
por sectores nada claros de la sociedad, intenta también alcanzar a los
sindicatos de clase; además en ataques desde la derecha y desde la “izquierda”.
No vamos a justificar los errores cometidos,
sin embargo, no apoyaremos, bajo ningún concepto, campaña alguna tendente al
desprestigio y menoscabo de estas
organizaciones, en un claro intento de debilitarlas y, por ende, a la clase trabajadora, que, no
nos olvidemos somos todos nosotros.
Porque nos quieren dejar sin futuro, porque ellos
son los culpables y hay soluciones. ¡14 de Noviembre Huelga General! ¡No a los
recortes!
¡Viva la República!
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