El paradigma del hijo de papá es D. Felipe de
Borbón. Pretende, ¡vaya tupe! heredar el empleo que su padre recibió del
dictador y golpista General Franco, el mismo que, no lo olvidemos nunca, acabó
con la última democracia que hubo en España: la de la II República.
Muchos esperamos que no ocurra. En el bautismo
católico se renuncia a “la herencia de Satanás sus pompas y vanidades”. El hijo
del rey heredero del franquismo ha sido educado para “aceptar la herencia de
Satanás (Franco) sus pompas y sus vanidades”. Está dispuesto, como su padre, a
ser el obstáculo, ¡hereditario!, que impida concluir la prometida transición a
la democracia, usurpando lo que no es suyo, pues se lo dio el dictador que se
lo robó al pueblo: ¡la soberanía!
Si la herencia fuera una finca, ¿lo es?, los
verdaderos herederos presentaríamos una reclamación ante los tribunales. En
Prusia un molinero denunció al Rey por abuso de poder. Le dijo: “Señor,
¡todavía quedan jueces en Berlín!”, tenía razón para confiar en ellos. ¿Podemos
tener nosotros esta misma confianza en nuestros jueces?
La realidad es que nos espera lo que nosotros
queramos. Basta querer. Salir de esta tumba democrática en la que nos sepultó
el golpista y dictador General Franco, del que es fiel heredero D. Juan Carlos
I. Como le dijo Cristo a Lázaro: “levántate y anda”
Pero el pueblo está muerto o paralítico; está
alienado. Le pasaron de la dictadura a la tomadura de pelo actual prometiéndole
una transición a la democracia que no existía. Solo pasamos de un rey
franquista con los Principios del Movimiento a un rey franquista con la
constitución. Nunca pudimos elegir recuperar la soberanía democrática, es
decir, culminar la transición. El Titulo II de la CE78, “De la corona”, es lo que dijo Franco
“”atado y bien atado”.
Si el pueblo heredero – la soberanía nacional
reside en el pueblo de donde emanan todos los poderes del Estado – no pleitea
contra este nombramiento ilegal, que tiene su origen en la decisión del
dictador y golpista General Franco, el que, no lo olvidemos nunca, acabó con la
última democracia que hubo en España: la de la II República. Quizá
quieran aplicar la norma de la usucapión que permite que quien se apropia de
una finca – España – actuando como si fuera su dueño, sin serlo – durante más
de 20 años, adquiere la legitimidad como propietario.
Legalizar esa situación exige cambiar el art.
1.2,CE78, para acomodarlo al nuevo fraude.
1.- La soberanía reside en el rey de España,
nombrado por el dictador y golpista General Franco, y nunca podrá ser
cuestionada por el pueblo español.
2.- No obstante, el soberano permite al pueblo
elegir a sus representantes a nivel nacional, autonómico y local, y en los
demás ámbitos, según establezcan las leyes.
3.- Los españoles que ocupen algún cargo público,
elegidos por el pueblo, o designados por mérito propio, deberán jurar su
acatamiento a la soberanía del Rey.”
Pero es posible que el pueblo recupere la
soberanía que le arrebató el golpista y dictador General Franco y sus
herederos, cuya legitimidad es aquel referéndum para la herencia monárquica;
una pamema como todos los de Franco y no tiene ningún valor jurídico. Pero la
historia demuestra que el pueblo sólo aguanta dos reyes ilegítimos
consecutivos:
1.- a Fernando VII, que también le arrebató el
trono a su padre, el rey más felón de todos los reyes que hemos sufrido – y los
hubo de talla - lo nombró un golpista, el General Elio. Heredó “la finca”
Isabel II a la que el pueblo puso en la calle.
2.-a Alfonso XII lo nombró otro golpista, el
General Martínez Campos. Heredó “la finca” su hijo Alfonso XIII. Pese a que,
como el cuñado Juan Carlos I de Franco, se dio un autogolpe militar – Dictadura
del General Primo de Rivera - también el pueblo lo puso en la calle.
3.- a Juan Carlos I de Franco, que también le
birló la herencia a su padre, lo nombró otro golpista, el General Franco.
¿Finalizará el la transición a la democracia proponiendo la proclamación de la
república? Si no es así cuando D. Felipe de Franco herede “la finca” debe saber
que el precedente histórico es que sea a él al que el pueblo ponga en la calle.
Finalizar la transición a la democracia
proclamando la República
permitiría a D. Felipe ser electo democráticamente Jefe del Estado. Ninguno de
los dos es demócrata: son Borbones.
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