sábado, 11 de agosto de 2012

Ser Republicano


Por Eleusis.

Los "valores republicanos", nacieron en la Roma clásica, fueron olvidados, resucitaron con el Renacimiento, inspiraron gran parte de la guerra civil inglesa y de las revoluciones norteamericana y francesa, y todavía hoy, pueden ayudar a los humanos a vivir con más dignidad.  El Republicanismo es un movimiento empeñado en civilizar el ejercicio del poder y sustituir por consensos la guerra civil cuando exista.

La idea central de la filosofía republicana es la concepción de la libertad como no dominación, con la atención centrada en el destino de los ciudadanos individuales, que deben ser protegidos de la dominación.  Algunos piensan que la defensa de los valores republicanos significa solamente la defensa de la república como forma de Estado. Pero es mucho más que eso. Es una declaración a favor de los ciudadanos, que consiste en el ejercicio efectivo de los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad

Teóricamente, esto hoy lo acepta casi todo el mundo, pero a menudo no se sabe bien qué significa.  

El Republicanismo propugna que las personas son ciudadanos, no súbditos, y que por lo tanto nadie tiene derecho a decidir sobre la vida o libertad de otra persona. El Estado es el responsable y garante de la protección del débil frente al fuerte.

El Republicanismo se basa en el fortalecimiento de la sociedad civil (mediante la garantía de la independencia de medios de comunicación, de asociaciones y ONGs), para que el Estado sea el garante frente a los débiles, pero que la sociedad civil sea la que controle al Estado. No obedece a la idea de que la voz del pueblo soberano es monolítica, porque son muchas las voces que deben poder expresarse.

La idea republicana de libertad no significa que alguien -el Estado- no interviene en las personas, sino que éstas no se encuentran en situación de esclavitud o de dependencia. Las leyes pueden ser la mejor garantía de libertad, la mejor forma de luchar contra la arbitrariedad, el caciquismo y la injusticia. La forma de lograr equilibrio en la sociedad.

Sin los valores republicanos no es posible una democracia plena. La república es un régimen de participación colectiva y diaria de hombres y mujeres; es una forma de vida.

Los republicanos por lo general son conciliadores, pluralistas y tolerantes en sus disputas ideológicas. Otras características que identifican el talante republicano son la promoción de políticas como igualación de género, neutralidad política del ejército y su exclusión de toda participación electoral, proscripción del papel moneda como instrumento político presidencial, entre otras. 

Por eso, para los republicanos, la enseñanza debe formar ciudadanos. Pero lo habitual ha sido la pretensión de formar trabajadores que salgan al mercado. Se fomenta la competitividad y se intenta rebajar la participación democrática. Para los republicanos, el mercado no puede tomar decisiones, las toman los hombres y mujeres

El republicanismo pide que los ciudadanos se identifiquen con las leyes y las instituciones o que las revoquen si no son justas. Promueve ciudadanos identificados con leyes que son obra suya.  Se promueven valores y virtudes como los siguientes:
  • Deliberación. El ciudadano debe participar y deliberar sobre todos los asuntos que le conciernen.
  • Libertad. Una conquista presente en todo.
  • Igualdad. Ante la ley y económica.
  • Fraternidad o solidaridad. En oposición al individualismo.
  • Defensa de lo público. Por la gestión pública, por espacios públicos de participación ciudadana y por una economía al servicio de los ciudadanos y no al revés.
  • Laicidad. La religión pertenece al espacio privado. Sociedad no anticlerical, pero sí laica.
  • Racionalidad y austeridad.  Frente a la sociedad del consumo, una sociedad consciente de los límites que impone la naturaleza.
Además, dentro de los valores republicanos se incluyen también, entre otros,  la responsabilidad, la justicia, la civilidad, la tolerancia... 

Sociedades que apuntan a los caudillismos de seres indispensables, de “Mesías” o de monarquías basadas en el derecho divino y en la transmisión por la sangre de la capacidad de gobernar son incompatibles con la racionalidad y la sensatez. Ser Republicano, como ha dicho alguien, es cuestión de inteligencia.


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