Por Eleusis.
Los "valores republicanos", nacieron en
la Roma clásica,
fueron olvidados, resucitaron con el Renacimiento, inspiraron gran parte de la
guerra civil inglesa y de las revoluciones norteamericana y francesa, y todavía
hoy, pueden ayudar a los humanos a vivir con más dignidad. El
Republicanismo es un movimiento empeñado en civilizar el ejercicio del poder y
sustituir por consensos la guerra civil cuando exista.
La idea central de la filosofía republicana es la
concepción de la libertad como no dominación, con la atención centrada en el
destino de los ciudadanos individuales, que deben ser protegidos de la
dominación. Algunos piensan que la defensa de los valores republicanos
significa solamente la defensa de la república como forma de Estado. Pero es
mucho más que eso. Es una declaración a favor de los
ciudadanos, que consiste en el ejercicio efectivo de los valores de la
libertad, la igualdad y la fraternidad.
Teóricamente, esto hoy lo acepta casi todo el
mundo, pero a menudo no se sabe bien qué significa.
El Republicanismo se basa en el fortalecimiento
de la sociedad civil (mediante la garantía de la independencia de
medios de comunicación, de asociaciones y ONGs), para que el Estado sea el
garante frente a los débiles, pero que la sociedad civil sea la que controle al
Estado. No obedece a la idea de que la voz del pueblo soberano es
monolítica, porque son muchas las voces que deben poder expresarse.
La idea republicana de libertad no significa que
alguien -el Estado- no interviene en las personas, sino que éstas no se
encuentran en situación de esclavitud o de dependencia. Las leyes pueden ser la
mejor garantía de libertad, la mejor forma de luchar contra la arbitrariedad,
el caciquismo y la injusticia. La forma de lograr equilibrio en la sociedad.
Sin los valores republicanos no es
posible una democracia plena. La república es un régimen de
participación colectiva y diaria de hombres y mujeres; es una forma de vida.
Los republicanos por lo general son
conciliadores, pluralistas y tolerantes en sus disputas ideológicas. Otras
características que identifican el talante republicano son la promoción de
políticas como igualación de género, neutralidad política del ejército y su
exclusión de toda participación electoral, proscripción del papel moneda como
instrumento político presidencial, entre otras.
Por eso, para los republicanos, la
enseñanza debe formar ciudadanos. Pero lo habitual ha sido la
pretensión de formar trabajadores que salgan al mercado. Se fomenta la
competitividad y se intenta rebajar la participación democrática. Para los
republicanos, el mercado no puede tomar
decisiones, las toman los hombres y mujeres.
El republicanismo pide que los ciudadanos
se identifiquen con las leyes y las instituciones o que las revoquen si no son
justas. Promueve ciudadanos identificados con leyes que son obra suya.
Se promueven valores y virtudes como los siguientes:
- Deliberación. El ciudadano debe participar y deliberar sobre todos los asuntos que le conciernen.
- Libertad. Una conquista presente en todo.
- Igualdad. Ante la ley y económica.
- Fraternidad o solidaridad. En oposición al individualismo.
- Defensa de lo público. Por la gestión pública, por espacios públicos de participación ciudadana y por una economía al servicio de los ciudadanos y no al revés.
- Laicidad. La religión pertenece al espacio privado. Sociedad no anticlerical, pero sí laica.
- Racionalidad y austeridad. Frente a la sociedad del consumo, una sociedad consciente de los límites que impone la naturaleza.
Además, dentro de los valores republicanos se
incluyen también, entre otros, la responsabilidad, la justicia, la
civilidad, la tolerancia...
Sociedades que apuntan a los caudillismos de
seres indispensables, de “Mesías” o de monarquías basadas en el derecho divino
y en la transmisión por la sangre de la capacidad de gobernar son incompatibles
con la racionalidad y la sensatez. Ser Republicano, como ha
dicho alguien, es cuestión de inteligencia.
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