sábado, 27 de octubre de 2012

¿Cobardía?

La cobardía no es la ausencia de valentía, ni mucho menos, la verdadera valentía es el control absoluto del miedo, del miedo más intenso, incluso del miedo cerval. El que tiene ausencia de miedo es simplemente un loco, un desposeído de la razón, un inconsciente. Toda persona tiene miedo, de una forma u otra, de perder algo, sólo gracias al sentimiento y ardor que proporciona la valentía podemos superar nuestros miedos, más o menos intensos.

Presidente cobardica

Tener un presidente que no hace otra cosa que fumar puros y dejar pasar el tiempo, amante del Dolce far niente, que le gusta destripar a la clase trabajadora según estipulaciones de la gran patronal, es una desgracia para un país, pero si a ello le sumas la cobardía, lo que tienes es un prepotente peluche al frente de un país cuasi desesperado. La cobardía se manifiesta de diversas formas, temor a lo desconocido (solemos tener miedo al amor, a sentimientos intensos en general, Amado Nervo tiene un poemita al respecto), se suele tener miedo al dolor, a la indignidad, a la vergüenza. El peor de los miedos del politiquillo es al que dirán. Qué pensaran de mi, qué dirán de mi, y cuando aparece este miedo irracional, en vez de ser una persona de bien y aguantar con las decisiones tomadas, se toma la tangente y en un arrebato de miedo se dice lo primero que nos viene a la cabeza.
 
La primera vez que descubrí que Rajoy es un cobarde de libro record fue cuando al inicio del Caso Gürtel en una entrevista radiofónica se descubrió a sí mismo cuando intentaba sacarse el muerto de encima, afirmó el ahora presidente y otrora líder de oposición, ante la pregunta sobre si sabía algo de Gürtel, que él había expulsado de Génova a Correa, el líder de la trama, claro, se le olvidó comentar que Correa siguió trabajando con el 99% del PP de España, y que luego en agradecimiento de algo imagino yo, Gürtel regaló a Rajoy y familieta un viaje todo incluido a Canarias, amén de que realmente Gürtel siguió contratando con Génova. Mezcla de canguelo, mentira y un posible ilícito penal por parte de semejante mister.
 

El otro día el miedo le salió a Rajoy en el Senado, cuado espetó compungido y con esos ojos saliendo de las orbitas, casi gimiendo, que qué iba a hacer yo, que el Señor Mas me amenazó, jolín no podía hacer otra cosa, es que casi me pega. Esto más o menos novelado pero se veía el miedo que le supuso estar en la misma habitación con alguien, con el que no comparte absolutamente nada, pero que parece estar convencido de sus ideas, eso le atemoriza al presidente, personas de carácter y resolutivas. Vamos, que en el Senado se vivió un momento de patio de colegio: que no, que fue Arturito el que me tiró primero la pelota y yo no pude y me dieron un collejazo entre todos. Patético desvelar una conversación de estado por puro miedo, que asco. Pero cuando tenia deber de decir lo que pasaba realmente en su partido, chitón, a callar, aunque la ley me obligue a decirlo, yo callado no sea que me quiten el puestito.
 
Señor Rajoy es usted presidente gracias a la teoría de la cabra, pero la historia sabrá qué decir respecto del más famélico, en cuanto a dignidad política, de los presidentes de esta supuesta democracia ibérica.

Otro cobarde
 
Nada me solivianta más que un cobarde itinerante, el que pasa del elefante al dinero atesorado, pasando por la amante y terminando por un viajecito a la India y no coments sobre los hijos que reclaman la filiación con el monarca más absolutista de los últimos seiscientos años. Ni Carlos V tuvo las gracias y prerrogativas de este monarca bufón, torpe, y que según periódicos extranjeros tiene amantes mil y tiene una fortunita por si tiene que huir a Roma como el antepasado.
 
Es inaudito en una democracia, esconderse en un precepto constitucional totalmente anticonstitucional, para negar lo más básico de una persona, antes de la libertad, la dignidad, el derecho a trabajar etc., está el derecho de todos a saber la identidad de nuestros progenitores. Nuestra supuesta democracia no es tal, es simplemente la sombra de una democracia, no vemos ni tenemos la realidad, sino sólo su sombra, apariencias de una realidad, como decía Platón. Nos engañan todo el día con apariencias, con fantasma de la realidad: eres libre, pero no protestes, tienes derecho a casa y trabajo, pero te desahucio y te quedas sin curro, tienes derecho a la justicia, a la tutela judicial efectiva pero no puede tutelarte porque existe un caradura que es inmune y no puedo hacerle ni cosquillas. La realidad es que los pobres españoles de a pie, los obreros y demás infelices, no tenemos donde caernos muertos,no tenemos vivienda, no tenemos trabajo, no tenemos protección jurídica y no tenemos amnistía fiscal ni ayuda como los bancos. Esta es la realidad.
 
La constitución entre sus muchas tonterías dice que los valores superiores de su ordenamiento jurídico son la libertad, la justicia, la igualdad… Que la dignidad de la persona es básica, que los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna. Que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los tribunales. Si todos somos iguales, nadie puede ser menospreciado, ¿cómo es que alguien que cree que su padre es el reyezuelo no puede acceder a un juicio justo, es que esto es una república bananera, es esto la Francia del monarca absolutista o el país de los jemeres rojos, acaso Pinochet, Videla, y Mao son ministros plenipotenciarios?... Todo lo que pedimos los pobres, los bastardos de la economía de mercado, es igualdad ante la ley, pero veo que es imposible.   
 
Es inaudito que los bastardos de antes estuvieran mucho más considerados, eran casi una institución, Don Juan de Austria sería un ejemplo palpable. Hoy el bastado se tiene que conformar con las historias descritas por su madre y nuca podrá saber si Juan Carlos fue papi o no.
 
¿A lo mejor cuando fallezca el Borbón deja de estar protegido y de ser inmune?, entonces del pudridero del Escorial se puede tomar ADN para saber si fue o no infiel.

José Luis Peña


Fuente: http://laverdadsobregurtel.blogspot.com.es

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