La cobardía
no es la ausencia de valentía, ni mucho menos, la verdadera valentía es el
control absoluto del miedo, del miedo más intenso, incluso del miedo cerval. El
que tiene ausencia de miedo es simplemente un loco, un desposeído de la razón, un
inconsciente. Toda persona tiene miedo, de una forma u otra, de perder algo,
sólo gracias al sentimiento y ardor que proporciona la valentía podemos superar
nuestros miedos, más o menos intensos.
Presidente cobardica
Tener un
presidente que no hace otra cosa que fumar puros y dejar pasar el tiempo,
amante del Dolce far niente, que le gusta destripar a la clase trabajadora
según estipulaciones de la gran patronal, es una desgracia para un país, pero
si a ello le sumas la cobardía, lo que tienes es un prepotente peluche al
frente de un país cuasi desesperado. La cobardía se manifiesta de diversas
formas, temor a lo desconocido (solemos tener miedo al amor, a sentimientos
intensos en general, Amado Nervo tiene un poemita al respecto), se suele tener
miedo al dolor, a la indignidad, a la vergüenza. El peor de los miedos del
politiquillo es al que dirán. Qué pensaran de mi, qué dirán de mi, y cuando
aparece este miedo irracional, en vez de ser una persona de bien y aguantar con
las decisiones tomadas, se toma la tangente y en un arrebato de miedo se dice
lo primero que nos viene a la cabeza.
La primera
vez que descubrí que Rajoy es un cobarde de libro record fue cuando al inicio
del Caso Gürtel en una entrevista radiofónica se descubrió a sí mismo cuando
intentaba sacarse el muerto de encima, afirmó el ahora presidente y otrora
líder de oposición, ante la pregunta sobre si sabía algo de Gürtel, que él
había expulsado de Génova a Correa, el líder de la trama, claro, se le olvidó
comentar que Correa siguió trabajando con el 99% del PP de España, y que luego
en agradecimiento de algo imagino yo, Gürtel regaló a Rajoy y familieta un
viaje todo incluido a Canarias, amén de que realmente Gürtel siguió contratando
con Génova. Mezcla de canguelo, mentira y un posible ilícito penal por parte de
semejante mister.
El otro día
el miedo le salió a Rajoy en el Senado, cuado espetó compungido y con esos ojos
saliendo de las orbitas, casi gimiendo, que qué iba a hacer yo, que el Señor Mas
me amenazó, jolín no podía hacer otra cosa, es que casi me pega. Esto más o menos
novelado pero se veía el miedo que le supuso estar en la misma habitación con
alguien, con el que no comparte absolutamente nada, pero que parece estar
convencido de sus ideas, eso le atemoriza al presidente, personas de carácter y
resolutivas. Vamos, que en el Senado se vivió un momento de patio de colegio:
que no, que fue Arturito el que me tiró primero la pelota y yo no pude y me
dieron un collejazo entre todos. Patético desvelar una conversación de estado
por puro miedo, que asco. Pero cuando tenia deber de decir lo que pasaba
realmente en su partido, chitón, a callar, aunque la ley me obligue a decirlo,
yo callado no sea que me quiten el puestito.
Señor Rajoy
es usted presidente gracias a la teoría de la cabra, pero la historia sabrá qué
decir respecto del más famélico, en cuanto a dignidad política, de los
presidentes de esta supuesta democracia ibérica.
Otro cobarde
Nada me
solivianta más que un cobarde itinerante, el que pasa del elefante al dinero atesorado,
pasando por la amante y terminando por un viajecito a la India y no coments sobre los
hijos que reclaman la filiación con el monarca más absolutista de los últimos
seiscientos años. Ni Carlos V tuvo las gracias y prerrogativas de este monarca
bufón, torpe, y que según periódicos extranjeros tiene amantes mil y tiene una
fortunita por si tiene que huir a Roma como el antepasado.
Es inaudito
en una democracia, esconderse en un precepto constitucional totalmente anticonstitucional,
para negar lo más básico de una persona, antes de la libertad, la dignidad, el
derecho a trabajar etc., está el derecho de todos a saber la identidad de nuestros
progenitores. Nuestra supuesta democracia no es tal, es simplemente la sombra de
una democracia, no vemos ni tenemos la realidad, sino sólo su sombra,
apariencias de una realidad, como decía Platón. Nos engañan todo el día con
apariencias, con fantasma de la realidad: eres libre, pero no protestes, tienes
derecho a casa y trabajo, pero te desahucio y te quedas sin curro, tienes
derecho a la justicia, a la tutela judicial efectiva pero no puede tutelarte
porque existe un caradura que es inmune y no puedo hacerle ni cosquillas. La realidad
es que los pobres españoles de a pie, los obreros y demás infelices, no tenemos
donde caernos muertos,no tenemos vivienda, no tenemos trabajo, no tenemos protección
jurídica y no tenemos amnistía fiscal ni ayuda como los bancos. Esta es la
realidad.
La
constitución entre sus muchas tonterías dice que los valores superiores de su
ordenamiento jurídico son la libertad, la justicia, la igualdad… Que la
dignidad de la persona es básica, que los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna. Que todas las personas tienen derecho a obtener la
tutela efectiva de los tribunales. Si todos somos iguales, nadie puede ser
menospreciado, ¿cómo es que alguien que cree que su padre es el reyezuelo no
puede acceder a un juicio justo, es que esto es una república bananera, es esto
la Francia
del monarca absolutista o el país de los jemeres rojos, acaso Pinochet, Videla,
y Mao son ministros plenipotenciarios?... Todo lo que pedimos los pobres, los
bastardos de la economía de mercado, es igualdad ante la ley, pero veo que es imposible.
Es inaudito
que los bastardos de antes estuvieran mucho más considerados, eran casi una
institución, Don Juan de Austria sería un ejemplo palpable. Hoy el bastado se
tiene que conformar con las historias descritas por su madre y nuca podrá saber
si Juan Carlos fue papi o no.
¿A lo mejor
cuando fallezca el Borbón deja de estar protegido y de ser inmune?, entonces
del pudridero del Escorial se puede tomar ADN para saber si fue o no infiel.
José Luis Peña
Fuente: http://laverdadsobregurtel.blogspot.com.es
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